Selva Tropical

Selva tropical

El término "selva tropical" se refiere a todos los bosques de hoja perenne ubicados en los trópicos, formando un cinturón alrededor del ecuador. Gracias a la intensa luz solar, las temperaturas cálidas y constantes, y un mínimo de 2.000 litros de lluvia por metro cuadrado al año, estos ecosistemas albergan la mayor biodiversidad del planeta.

Tipos de selvas tropicales

Existen tres grandes regiones de selva tropical en el mundo:

  • Amazonía (Sudamérica)
  • Cuenca del Congo (África)
  • Sudeste Asiático

Estas se clasifican como selvas bajas permanentemente húmedas, las más conocidas en el sentido clásico. Sin embargo, el término "bosque tropical húmedo" abarca también otros ecosistemas, como:

  • Bosques secos tropicales
  • Bosques húmedos de montaña
  • Bosques de llanura aluvial
  • Bosques de manglares

Cada uno de estos hábitats desempeña un papel esencial en el equilibrio del planeta.

¿Qué son los bosques primarios?

Los bosques primarios son aquellos que han permanecido en gran medida intactos, sin intervención humana significativa. En ellos, los procesos ecológicos naturales se desarrollan sin alteraciones, lo que los convierte en ecosistemas únicos y esenciales para la biodiversidad.

Más de la mitad de los bosques primarios del mundo se encuentran en las tres grandes regiones de selva tropical:

  • Amazonía (Sudamérica)
  • Cuenca del Congo (África)
  • Sudeste Asiático

Estos bosques son los ecosistemas terrestres más diversos y ricos en especies del planeta, desempeñando un papel crucial en la estabilidad del clima y la conservación de la vida silvestre.

Blick in den dichten Dschungel.
Thomas Marent

Clima de la selva tropical

Sol intenso, lluvias abundantes, calor y humedad caracterizan el clima de la selva tropical. Las temperaturas se mantienen constantes a lo largo del año, rondando los 25°C, lo que provoca una gran evaporación y, por consecuencia, frecuentes precipitaciones.

A diferencia de las estaciones clásicas de primavera, verano, otoño e invierno, en los trópicos el año se divide en estaciones secas y lluviosas, dependiendo de la cantidad de lluvia. Este clima único es clave para la exuberante biodiversidad de la selva.

¿Por qué llueve tanto en la selva tropical?

El sol brilla entre 12 y 14 horas al día, provocando una intensa evaporación. El agua evaporada asciende junto con el aire cálido, lo que genera una gran formación de nubes por la tarde. Como resultado, en la noche comienzan lluvias intensas y recurrentes.

La propia selva tropical refuerza este ciclo: su densa vegetación absorbe grandes cantidades de agua durante la noche y la libera gradualmente a lo largo del día, aumentando la humedad ambiental.

Además, los vientos alisios desempeñan un papel clave. Estos vientos secos y cálidos absorben más humedad al avanzar desde los océanos hacia las regiones tropicales y subtropicales. Allí, la constante intensidad de los rayos del sol potencia la evaporación y la formación de nubes.

Diversidad de especies y ecología

La selva tropical alberga la mitad de todas las especies animales y vegetales de la Tierra. En solo una hectárea pueden encontrarse hasta 42.000 especies de insectos y 1.500 especies de plantas, de las cuales 750 son diferentes tipos de árboles. En comparación, los bosques de las zonas templadas contienen apenas 100 especies de árboles por hectárea. Sin embargo, aunque la diversidad de especies es enorme, el número de individuos por especie suele ser bajo.

Esta extraordinaria biodiversidad se debe a la antigüedad de estos hábitats (las selvas tropicales han existido por 60 millones de años) y a su clima estable y uniforme.

Adaptaciones en la selva tropical

La selva tropical está llena de nichos ecológicos, lo que permite la coexistencia de muchas especies animales y vegetales. Sin embargo, la luz y los nutrientes son escasos, por lo que sus habitantes deben especializarse.

  • Muchas plantas trepadoras, como lianas y correhuelas, dependen de los árboles para alcanzar la luz.
  • Algunas flores y helechos crecen sobre grandes árboles y absorben nutrientes de la lluvia, siendo conocidas como epífitas.

Estratos del bosque

El ecosistema de la selva tropical se organiza en varios niveles de vegetación:

  • Emergentes: Árboles aislados que alcanzan 60 metros de altura.
  • Dosel: Formado por árboles de 15 a 45 metros, creando una densa capa de hojas que bloquea la luz.
  • Sotobosque: Sombra constante, ideal para especies adaptadas a poca luz.
  • Suelo del bosque: Oscuro y húmedo, donde crecen semillas y plántulas esperando su oportunidad de crecer cuando un árbol cae y deja un claro.

Raíces de contrafuerte

Muchos árboles de la selva han desarrollado estas raíces anchas y superficiales para absorber mejor los escasos nutrientes y dar estabilidad al tronco.

Un ecosistema con suelos pobres, pero altamente eficiente

A pesar de su impresionante biodiversidad, los suelos de la selva tropical son sorprendentemente pobres en nutrientes y casi infértiles. Sin embargo, la selva sigue siendo uno de los ecosistemas más productivos del mundo gracias a un reciclaje de nutrientes casi perfecto.

Plantas y animales muertos son descompuestos rápidamente por microorganismos, devolviendo los nutrientes al ecosistema. Como resultado, los suelos solo tienen una capa muy delgada de humus, pero el ciclo de vida en la selva permite su continuo aprovechamiento. 

Glasflügelfalter auf einer Blüte.
Silvan Widler

Importancia de las selvas tropicales

Las selvas tropicales desempeñan un papel fundamental en el equilibrio ecológico del planeta. Más allá de su belleza y riqueza en biodiversidad, cumplen funciones esenciales que afectan no solo a sus habitantes, sino también al mundo entero.

La selva tropical es una gran despensa

Muchas de las plantas de cultivo más importantes a nivel mundial tienen origen tropical, como los plátanos, el cacao y la planta del caucho.

La selva tropical es una enorme farmacia

Más del 25% de los medicamentos recetados provienen de compuestos hallados en los trópicos.

Los bosques tropicales son depósitos de agua

Actúan como esponjas naturales, absorbiendo agua de la lluvia y liberándola gradualmente a través de la transpiración de sus hojas. Este proceso regula las precipitaciones y garantiza agua para regiones áridas lejanas.

Los bosques tropicales actúan como reguladores del clima global

Las selvas tropicales son los "pulmones verdes" del planeta:

  • Producen oxígeno esencial para la vida.
  • Almacenan grandes cantidades de dióxido de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático.
  • En total, almacenan 260 gigatoneladas de dióxido de carbono, dos tercios del carbono fijado en la vegetación mundial. En comparación, los bosques templados solo almacenan 50 gigatoneladas.

Los bosques tropicales son el hábitat de los humanos

Para 60 millones de indígenas, la selva tropical es mucho más que un lugar de residencia:

  • Es su fuente de alimento, medicina y materiales de construcción.
  • Tiene un profundo valor cultural y espiritual.
  • Su vida depende directamente de la conservación del bosque.

Proteger la selva tropical es proteger el futuro del planeta. 

Destrucción de la selva tropical

Las selvas tropicales están desapareciendo a un ritmo alarmante. Más de la mitad de estos bosques ya han sido destruidos por la deforestación, mientras que otras áreas están gravemente degradadas o fragmentadas en pequeños parches aislados.

En 2018 se perdieron 12 millones de hectáreas de selva tropical, lo que equivale a 30 campos de fútbol por minuto, arrasados por motosierras, excavadoras, tala y quema.

Causas de la destrucción de la selva tropical

La destrucción de los bosques tropicales comenzó siglos atrás, con las expediciones de exploradores europeos en busca de metales preciosos, especias y productos agrícolas. Desde entonces, el avance de la deforestación no ha cesado y hoy en día es más intensa que nunca.

Agricultura y ganadería

Se estima que la agricultura es la principal responsable de la destrucción de los bosques tropicales, con un impacto del 85%. La agroindustria representa la mayor parte de esta cifra, con un 60% de la deforestación causada por el cultivo de productos como la caña de azúcar, la soja y la palma aceitera. A esto se suma la ganadería, que contribuye con un 20%, y las explotaciones agrícolas de pequeña escala, que representan el 20% restante. Aunque la agricultura migratoria tradicional ha sido históricamente un método de cultivo adaptado a las condiciones tropicales, su reemplazo por monocultivos a gran escala y ganadería extensiva ha provocado el desplazamiento de pequeños agricultores, quienes han sido reemplazados por grandes terratenientes. Desde hace años, la expansión de la agroindustria en las selvas tropicales ha sido especialmente intensa en Indonesia y Malasia, los principales productores mundiales de aceite de palma. En Indonesia, más de una cuarta parte de la selva tropical ha desaparecido desde 1990. Los avances tecnológicos han facilitado la tala rápida y completa de enormes superficies de bosque (clear cutting), dejando ecosistemas enteros devastados.

Tala de madera

Además de la agricultura, la tala de árboles para la industria maderera representa otro 10% de la destrucción de los bosques tropicales. Casi un tercio de la madera extraída en los trópicos se destina a la exportación, y la tala ilegal es un problema persistente que resulta difícil de controlar a pesar de las regulaciones existentes. En la tala selectiva, solo se extraen del bosque los árboles de mayor valor comercial, como las maderas preciosas, lo que a simple vista podría parecer menos perjudicial (de 1 a 2 troncos por hectárea). Sin embargo, esta práctica afecta la reserva genética de la población de árboles, ya que las siguientes generaciones crecen con una calidad considerablemente inferior. Además, el proceso de tala y transporte de la madera provoca daños en extensas áreas de bosque que rodean los árboles extraídos.

Minería e infraestructura 

Los proyectos mineros y de infraestructura también desempeñan un papel en la destrucción de los bosques tropicales, siendo responsables del 5% de la deforestación. La explotación de yacimientos de petróleo, oro y cobre, entre otras materias primas, así como la construcción de represas, carreteras y oleoductos, contribuyen a la fragmentación del bosque y afectan a la biodiversidad de estos ecosistemas. La creación de infraestructuras abre el acceso a zonas previamente intactas, facilitando aún más la expansión de la actividad humana en regiones que antes permanecían protegidas.

Factores globales

Más allá de estos factores directos, existen causas económicas y políticas que impulsan la destrucción de las selvas tropicales. La creciente demanda global de productos agrícolas, madereros y minerales provenientes de los trópicos, en gran medida incentivada por los países industrializados, genera una presión constante sobre estos ecosistemas. En muchos países con selva tropical, los ingresos de exportación derivados de la explotación de estos recursos representan una fuente vital de divisas. Al mismo tiempo, el alto nivel de endeudamiento de estos países los obliga a vender sus recursos naturales para obtener ingresos, lo que acelera el proceso de deforestación. A esto se suma la falta de gobernanza efectiva y la corrupción, que impiden la implementación de políticas de protección ambiental y favorecen la explotación indiscriminada de los bosques tropicales.

Consecuencias de la destrucción de la selva tropical

Las consecuencias de la destrucción de las selvas tropicales son dramáticas no solo para los seres humanos, los animales y las plantas que habitan estos ecosistemas, sino también para nosotros y nosotras en nuestros propios países.

Pérdida de biodiversidad

Con la destrucción de la selva tropical, innumerables especies se extinguen. Cada día se pierden más de 100 especies. Cada interferencia en el ecosistema afecta el equilibrio de las plantas y los animales que lo componen y con los que conviven.

Cambio climático global

Cuando se destruyen las selvas tropicales mediante la tala y la quema, o cuando se drenan los suelos de turba para su uso agrícola, se liberan a la atmósfera enormes cantidades de dióxido de carbono almacenado en estos sistemas. Además, la ganadería intensiva y la inundación de grandes zonas para construir enormes represas liberan el aún más peligroso gas de efecto invernadero, el metano. Esto da lugar a un ciclo de retroalimentación positiva que intensifica aún más la crisis climática.

Ciclo del agua alterado

Tres cuartas partes del agua de la selva tropical circulan constantemente y son recicladas por el bosque. Como resultado de la deforestación, el agua simplemente se escurre o se filtra en el suelo en lugar de ser reciclada. Esto reduce la cantidad de humedad que se evapora a la atmósfera y disminuye la frecuencia de las lluvias. Como consecuencia, se producen sequías, los ríos se secan y los desiertos se expanden por los trópicos.

Erosión del suelo

En los lugares donde se tala el bosque, la lluvia arrastra la fina y frágil capa de suelo rica en nutrientes. Lo que queda es un suelo estéril, susceptible de ser erosionado. Esto dificulta la reforestación de grandes áreas despejadas. Con el tiempo, el suelo ya no puede sustentar la agricultura, por lo que es necesario deforestar nuevas zonas. En el suelo de la selva tropical, pobre en nutrientes, la agricultura rentable solo es posible con una gran cantidad de fertilizantes.

Desplazamiento de la población indígena y local

Durante miles de años, los pueblos indígenas han vivido en y de la selva sin destruirla. Sin embargo, en favor de la producción agrícola y la extracción de materias primas, estos pueblos son expulsados de sus tierras ancestrales, perdiendo sus hogares, alimentos y lugares sagrados. Hoy en día, la supervivencia de muchos pueblos indígenas está amenazada. Entre ellos se encuentran los (indios) awá de Brasil, los pigmeos de África, los penan de Malasia y muchos otros. Además, millones de agricultores y agricultoras sufren la destrucción de la selva tropical, pues dependen de los bosques intactos para almacenar agua.

Pérdida de sustancias medicinales inexploradas

Numerosas especies se extinguen debido a la destrucción de la selva tropical. Como consecuencia, se pierden medicamentos potencialmente eficaces contra muchas enfermedades. Muchas especies de plantas con ingredientes medicinales aún no descubiertos no podrán ser probadas antes de extinguirse. Esto significa que las generaciones futuras perderán la oportunidad de encontrar curas para enfermedades conocidas y emergentes.

Reducción de la seguridad alimentaria

Si las variantes autóctonas de nuestros cultivos se extinguen o se pierde su diversidad genética, también perdemos la capacidad de cruzar la resistencia potencial a nuevas plagas emergentes o los rasgos adaptados al clima (por ejemplo, la resistencia a la sequía) en nuestros cultivos.